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La constatación de una crisis sistémica profunda, en nuestro mundo globalizado, es una evidencia: crisis múltiple, económica, ecológica, social, o incluso humanitaria. Toda una civilización parece estar por venirse abajo, basada en la conquista y la domesticación de la naturaleza para un crecimiento económico considerado como infinito, en la exacerbación de desigualdades, en la competencia y la guerra, en particular para controlar las materias primas y energéticas.

Voces e iniciativas en todas partes del mundo se están haciendo oír, asumiendo el reto de conducir un cambio a largo plazo hacia sociedades sostenibles, desde el territorio hasta el planeta. En el centro de la transición hacia sociedades sostenibles, se encuentra la necesidad de adoptar una ética de la responsabilidad que incluya desde elecciones individuales hasta el derecho internacional.

Trabajos interculturales e interreligiosos realizados desde hace muchos años por la “Alianza para Sociedades Responsables y Sostenibles”, un programa internacional que involucra protagonistas en todos los continentes, han puesto de manifiesto que la responsabilidad es un valor auténticamente universal, arraigado en cada cultura, y que corresponde a la necesidad de administrar interdependencias de una nueva naturaleza, lo que hace de la responsabilidad la columna vertebral de la ética del siglo XXI. Estos trabajos son herederos de la abundante experiencia de los proyectos previos “Alianza por un Mundo Responsable y Solidario”, “Carta de las Responsabilidades Humanas” y “Foro Ética y Responsabilidades”.

La cuestión de la responsabilidad así atraviesa los retos principales a los que debemos responder: la aparición de un “comunidad mundia” unida por un destino común; la invención de nuevas formas de gobernanza democrática de las comunidades humanas; la transición de nuestro modelo actual de producción y consumo hacia la œconomía, una economía responsable, plural y solidaria; la exploración de las condiciones para un renacimiento de los sistemas educativos hacia una educación para la ciudadanía planetaria; la búsqueda de un nuevo paradigma que sirva para administrar las interdependencias entre la humanidad y la biosfera.