Los alimentos: responsabilidad para el bien común y nuestra casa común

Editorial - Boletín 3 - Marzo de 2018

Betsan Martin, January 2018

Alimentos nutritivos y sanos accesibles a todós es uno de los temas más profundos de la responsabilidad humana. La seguridad alimentaria y la producción de alimentos son el interfaz mismo entre los seres humanos y la naturaleza – nuestra fuente de vida viene del agua y del suelo y del aire y de los océanos.

En los artículos de este boletín de la Alianza para la responsabilidad vemos la ciudadanía y el compromiso colectivo como tema dominante de la responsabilidad. Uno de los artículos de la Declaración universal de la responsabilidad afirma el poder que genera la unión con otros, el hecho de informarse y de actuar juntos. El concepto de Agricultura con Apoyo Comunitario (CSA, o Community Supported Agriculture) que se está adoptando alrededor del mundo cristaliza este enfoque colectivo. Los principios de Teikei en el artículo de Ben Quiñones se refieren a alianzas de ayuda mutua para cultivar alimentos en que se reúnen productores, consumidores y distribuidores. Todos los aspectos de la producción de alimentos los influencian estas relaciones, y se extienden a la fijación de los precios y a la escala territorial – pues alianzas eficaces entre todos aquellos directamente involucrados en la producción de alimentos determinan la escala de la implicación territorial.

La ciencia ciudadana lleva el tema de compartir la investigación científica con experiencias y conocimientos locales. Tales grupos, al reunirse para monitorear, por ejemplo, las vías fluviales logran una comprensión nueva y compartida de los impactos de la agricultura industrial sobre las vías fluviales y los pescados y los suelos.

A través de estos artículos oímos un estribillo de elogios de la sabiduría de la producción orgánica de alimentos con diversidad de cosechas como parte integral de la biodiversidad. Uno de los desastres de la destrucción del clima por el desarrollo industrial es la extinción masiva de las especies y la pérdida de biodiversidad – marchando continuamente a pesar de los esfuerzos valerosos del activismo y de las políticas de la conservación.

Presentamos, en este boletín, una propuesta formulada por la bióloga Hélène Nivoix, de un Fondo monetario orgánico como herramienta mundial para contabilizar el crecimiento de biomasa con un plan contable de “cultivo de carbono”. Como las prácticas desde hace tanto tiempo promovidas por Vandana Shiva, este sistema funciona sobre los principios cooperativos de micro-ranchos con producción y consumo locales.

La agricultura sostenible y el cultivo orgánico son movimientos en contra del modelo agro-industrial de utilización del suelo con sus impactos de empobrecer la tierra y los ríos, según lo elaborado por Henri d’Orfeuil. La degradación ambiental se agrava con el uso de insumos químicos derivados de combustibles fósiles en los cultivos, y el uso de productos químicos tóxicos como herbicidas y pesticidas. El ejemplo del glifosato en un artículo en este boletín se refiere a investigaciones que demuestran los vínculos entre el glifosato y el cáncer. El glifosato es componente esencial de las cosechas transgénicas y es fácil ver cómo la tecnología química se puede aliar con las formas industrializadas y mono-culturales de producción de alimentos. RESOLIS en Francia, y RIPESS en las Filipinas muestran el camino para organizar iniciativas locales para “re-territorializar” y construir bienestar social y ambiental con sistemas de cultivo y de distribución de alimentos.

En la realidad de tierras vueltas improductivas por la sobre-explotación, las guerras, e impactos climáticos y salinización del agua dulce, se tiene que completar la producción local con sistemas de distribución que permitan distribución de alimentos más allá de la escala local. El comercio mundial en alimentos siempre ha formado parte de los sistemas de comercio, y adquiere un nuevo imperativo en el acceso equitativo a los alimentos.

La producción responsable puede ser compleja, y pensar que se reduce a “pensamiento responsable contra pensamiento irresponsable” sería una sobre simplificación de los esfuerzos de contener el uso destructivo de los recursos. Aunque los argumentos en favor de soluciones locales son profundos, toda solución se puede corromper, como por ejemplo cuando la producción responsable y sostenible se usa como herramienta de marketing.

Así, los códigos y las políticas a nivel de regulación y de aplicación es parte de un sistema integrado de producción alimentaria responsable. Las políticas de gobierno de consecución, por ejemplo, no sólo son un componente significativo de la economía, también tienen una influencia enorme sobre cuáles alimentos se compran. El informe de las Naciones Unidas, coordinado por el Relator Especial, Olivier De Schutter, expone claramente las políticas y decisiones de compra de alimentos de los hospitales, las escuelas, las prisiones y los restaurantes, y la influencia de estas políticas sobre el abastecimiento y la producción de alimentos.

Por otra parte, herramientas de alto nivel como los códigos corren el riesgo de excluir el compromiso local. Por ejemplo, los intereses y los métodos de las industrias pesqueras son a menudo altamente responsivos a las condiciones locales, no incluidas adecuadamente en los códigos. Los pescadores locales trabajan con su conocimiento de las estaciones y de las influencias lunares sobre los océanos. Sus prácticas de cosecha en zonas de pesca tradicionales están vinculadas con su conocimiento del hábitat de los pescados y reflejan prácticas culturales de la pesca – que pueden incluir maneras de comunicarse con los pescados con canciones y encantamientos. Los pescadores locales y artesanales tienen que competir con las industrias pesqueras de grande escala como las que usan redes de enmalle. Los problemas de explotación de la pesca industrial son análogos a los de la producción en la tierra, y sufren también presiones cada vez más fuertes para aumentar la producción alimentaria.

Las soluciones locales necesitan ir por lo tanto de común acuerdo con herramientas de alto nivel tales como códigos de producción responsable. Éstos necesitan incluir la salud ambiental y el bienestar social. Los elementos dominantes de la producción alimentaria responsable son el uso sostenible de los recursos, prácticas seguras para el medio ambiente, valor agregado de los productos alimenticios y calidad alimenticia para los consumidores.

La educación es un tema clave en cualquier esfuerzo por instituir prácticas agrícolas y alimentarias sostenibles, y el valor de la responsabilidad es el núcleo de la Educación para el Medio Ambiente y el Desarrollo Sostenible. ¿Cómo perciben y asumen las partes interesadas de la educación ambiental sus propias responsabilidades frente a cuestiones de ética, gobernanza, modelo de desarrollo? Yolanda Ziaka explora esta cuestión al enfatizar que la respuesta es, en sí misma, una opción política, dados los intereses económicos y políticos que a menudo condicionan las acciones de individuos e instituciones involucradas en la educación y la capacitación.

Tomo un momento para considerar la producción alimentaria y el cambio climático. Cuando consideramos la migración inducida por el clima, está claro que la seguridad alimentaria es la razón central que conduce a las poblaciones a abandonar sus patrias. Bangladesh y muchos otros países están enfrentando la relocalización de grandes partes de sus poblaciones. La relocalización puede ocurrir dentro o afuera de las fronteras de un país.

En las islas pacíficas, la alza de los niveles del mar, la acidificación de los océanos y los acontecimientos climáticos extremos significan que los recursos se vuelven más escasos, el agua dulce se está volviendo salada, se destruyen las cosechas, y hay menos tierra para el cultivo. Hay poco lugar para la relocalización dentro de las fronteras, y aunque la política para apoyar la migración inducida por el clima se ha considerado con la iniciativa Nansen, sigue muy distante la etapa de su puesta en práctica.

La seguridad alimentaria está tejida en cada aspecto de la vida humana, y reúne a los seres humanos con la naturaleza a nivel de la supervivencia. Cómo producimos los alimentos y nos aseguramos su disponibilidad nos lleva a los fundamentos de la gestión responsable – nos reúne a niveles de amistad, de cooperación, de comercio y de cambio climático.

Buena lectura !

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